Las tapas son sello inconfundible de Alcalá la Real junto con el lomo de orza, el queso de cabra y el aceite de oliva virgen extra; además de guisos y platos típicos como el arroz caldoso, los jarretes en salsa y la genuina secretaria. Los dulces son otro baluarte culinario de la localidad, elaborados para mantenerse en el tiempo, como los roscos de San Antonio o las tortas de manteca.
Ciudad Fronteriza y Abacial
Alcalá la Real, es una ciudad de la provincia de Jaén rodeada por un mar de olivos. Situada entre las ciudades de Granada y Córdoba, atrae el interés de los viajeros por su imponente silueta, historia y patrimonio.
Los ecos de época pasadas llegan a Alcalá con la inimitable belleza de la Fortaleza de la Mota, antigua ciudad amurallada que se atisba desde la lejanía y que constituye una visita obligada para los amantes de la Historia y el Patrimonio.
Se trata de una obra monumental a 1.033m sobre el nivel del mar, donde lo militar se mezcla con lo cotidiano y lo musulmán con lo cristiano. El conjunto monumental forma un espacio único y excepcional donde descubrir la vida y costumbres de una ciudad amurallada en la Baja Edad Media.
Las tradiciones y gastronomía de Alcalá la Real están ligadas a la cultura mediterránea, al aceite de oliva virgen extra, al vino y los quesos de cabra. Una ciudad cuyo centro histórico concentra edificios religiosos y civiles, que conviven con la arquitectura modernista de finales del s.XIX.